04 May meditación del mes – mayo 2016
En honor a las flores y al florecimiento de los corazones!
Sutra 51 del Vighyan Bhairav Tantra
Cuando surja la alegría,… vuélvete alegría!
En los momentos que surja alegría en ti por el encuentro con un ser querido, una puesta de sol, un momento creativo, degustando un helado, amado, bailando… en cualquier momento que sientas el surgir de la alegría en ti, lleva la atención hacia dentro y siente.
Siente el surgir de esa vibración en ti, siente como se expande por tu cuerpo, permite que se extienda por cada célula. Lleva toda tu atención hacia dentro y céntrate en esa energía, surgiendo, vibrando, expandiéndose por tu cuerpo. Fíjate en cuanto espacio le permites, dale permiso para llegar a tu piel, a tus ojos, a tu vientre, a tus pies, a todo tu cuerpo, conviértete en alegría!
Con amor,
Astiko
A continuación os incluyo todo el discurso de Osho describiendo esta preciosa y profunda meditación:
“Entra en esta alegría y hazte uno con ella: cualquier alegría, cualquier felicidad. Esto es sólo un ejemplo: Al alegrarte al ver a un amigo después de una larga ausencia… De pronto ves a un amigo al que no habías visto durante muchísimos días o muchísimos años. Una alegría repentina se apodera de ti. Pero tu atención estará dirigida al amigo, no a tu alegría. Entonces te estás perdiendo algo, y esta alegría será momentánea. Tu atención está enfocada en el amigo: empezarás a hablar, a recordar cosas, y te perderás esta alegría, y esta alegría se irá.
Cuando veas a un amigo y sientas de pronto que surge una alegría en tu corazón, concéntrate en esta alegría. Siéntela y vuélvete ella, y reúnete con el amigo mientras eres consciente de tu alegría y estás lleno de ella. Deja que el amigo esté sólo en la periferia, y permanece centrado en tu sentimiento de felicidad.
Esto se puede hacer en muchas otras circunstancias. El Sol está saliendo, y de repente sientes que algo surge en ti. Entonces olvídate del Sol; deja que se quede en la periferia. Tú céntrate en tu propia sensación de energía emergente. En cuanto la mires, se extenderá. Se volverá todo tu cuerpo, todo tu ser. Y no seas sólo su observador; fúndete con ella. Hay muy pocos momentos en los que sientes alegría, felicidad, dicha, pero te los sigues perdiendo porque te centras en el objeto.
Siempre que hay alegría, te parece que llega de fuera. Te has encontrado con un amigo; por supuesto, parece que la alegría viene de tu amigo, de verle. Eso no es lo que sucede realmente. La alegría está siempre dentro de ti. El amigo se ha vuelto simplemente una situación. El amigo la ha ayudado a salir, te ha ayudado a verla, a ver que está ahí. Y esto no pasa sólo con la alegría, sino con todo: con la ira, con la tristeza, con la desdicha, con la felicidad…; es así con todo. Los demás son tan sólo situaciones en las que las cosas que están ocultas en ti se expresan. Los demás no son las causas; no están causando algo en ti. Cualquier cosa que está sucediendo, te está sucediendo a ti. Siempre ha estado ahí; es sólo que encontrarte con este amigo se ha vuelto una situación en la que lo que estaba oculto ha salido a la vista: ha salido. Desde las fuentes ocultas se ha vuelto visible, manifiesto. Siempre que pase esto, permanece centrado en la sensación interna, y entonces tendrás una actitud diferente con respecto a todo en la vida.
Incluso con las emociones negativas, haz esto. Cuando estés enfadado, no te centres en la persona que ha suscitado la ira. Deja que esté en la periferia. Simplemente vuélvete la ira. Siente la ira en su totalidad; permite que suceda dentro de ti. No la racionalices; no digas que este hombre la ha creado. No le condenes. Él ha sido simplemente la situación. Y siente gratitud hacia él, que ha ayudado a que algo que estaba oculto salga a la vista. Te ha golpeado en alguna parte, y había una herida oculta ahí. Ahora lo sabes, así que vuélvete la herida.
Con una emoción negativa o positiva, con cualquier emoción, úsala, y se producirá un gran cambio en ti. Si la emoción es negativa, te liberarás de ella tomando consciencia de que está dentro de ti. Si la emoción es positiva, te volverás la emoción misma. Si es alegría, te volverás alegría. Si es ira, la ira se disolverá.
Y ésta es la diferencia entre las emociones negativas y positivas: si tomas consciencia de una cierta emoción, y al tomar consciencia la emoción se disuelve, es negativa. Si al tomar consciencia de cierta emoción te vuelves la emoción, si entonces la emoción se expande se vuelve tu ser, es positiva. La consciencia funciona de manera diferente en los dos casos. Si es una emoción venenosa, te liberas de ella mediante la consciencia. Si es buena, dichosa, extática te haces uno con ella. La consciencia la hace más profunda.
De modo que para mí éste es el criterio: si algo se hace más profundo con tu consciencia, es algo bueno. Si algo se disuelve mediante la consciencia, es algo malo. Lo que no puede permanecer con la consciencia es pecado y lo que crece con la consciencia es virtud. Virtud y pecado no son conceptos sociales, son realizaciones internas.
Usa tu consciencia. Es como si hubiese oscuridad y traes luz: ya no habrá oscuridad. Con sólo traer luz, ya no hay oscuridad, porque, en realidad, no la había. Era algo negativo, tan sólo una ausencia de luz. Pero se manifestarán muchas cosas que están ahí. Con sólo traer luz, estas estanterías, estos libros, estas paredes, no desaparecerán. En la oscuridad no estaban; no podías verlos. Si traes luz, ya no habrá oscuridad, pero lo que es real quedará revelado. Mediante la consciencia, todo lo que es negativo, como la oscuridad, se disuelve: el odio, la ira, la tristeza, la violencia. Entonces el amor, la alegría, el éxtasis, te serán revelados por primera vez.
De modo que: Al alegrarte al ver a un amigo después de una larga ausencia, embébete en esta alegría.” OSHO