Meditación del mes – Enero 2019 – Hacer el amor es un acto de fusión

Hacer el amor es un acto de fusión. Desde el momento en que nos encarnamos y nos individualizamos, el anhelo de fusión y el anhelo de individuación danzan mano a mano creando el roce para la creación de la vida manifiesta. Son movimientos de energía que persiguen la unidad pero de formas energéticas muy distintas. Para fusionarte tienes que considerar al «otro». Tu consciencia se sale de ti, del Uno, para mirar al Dos y surge el deseo de abrazarlo, de fundirte con el «otro».

Para individualizarte necesitas trazar muy bien los límites, tener claridad acerca de donde acabas tú y empieza el «otro». Para esto necesitas fundir tu consciencia profundamente con tu cuerpo, has de penetrarte y sentirte y conocerte y fundirte contigo mism@.
Para intimar y abrirte a que las energías de dos personas se fundan, se entreguen a ese estado de unidad es necesario practicar esa disponibilidad interna.

La fusión con el otro al hacer el amor sucede dentro de vuestro campo de energía y en el cuerpo. Cuando el cuerpo está relajado y esponjoso, está listo para una fusión profunda más que para un roce que genera una tensión y que encuentra placer en liberarse. Para que el cuerpo esté fluido y abierto, lleno de energía vibrante solo se necesita estar conectado en presencia y amor a él. Cuando estás poniendo toda tu atención en escuchar a la mente, la energía vital se retira del cuerpo, lo deja en stand by y lo despoja de toda sensualidad, suavidad, fluidez y dicha.

Te invito a practicar la capacidad de fundirte. No solo con el otro sino con la vida que acontece en ti y en todo.
Para algunos de nosotros el hábito energético es permanecer separados en nuestro propio campo de energía y eventualmente fundirnos un ratito y separarnos enseguida. Para otros la necesidad es de fusión constante con el otro temiendo la separación. En cualquiera de los dos casos ni la fusión ni la separación son completamente satisfactorias, porque provienen de un movimiento inconsciente de nuestra energía que se generó en el pasado por miedo y se instaló como hábito.

Prepárate para la fusión con consciencia:

1er paso: Toma consciencia de tu cuerpo en el día a día, en las actividades cotidianas en cada paso que das, cuando te mueves, hablas, etc.. y relaja, suaviza tu canal central. Relaja la columna e imagínate que tu garganta, tu corazón, y tu cérvix si eres una mujer, o tu próstata si eres un hombre (y todo el espacio alrededor del ano), se vuelven suaves y esponjosos. Imagínate tu energía fluyendo desde el centro a la periferia como si fuera agua caliente, fluida que se derrama por todo el cuerpo. Que te vuelves sensible y poroso. Así el cuerpo se abre al movimiento de la energía emergiendo desde su interior, desde el centro y expandiéndose a la periferia.

Siente el fluir de esta corriente desde la garganta pasando por el corazón y el pecho hasta la cérvix o la próstata incluyendo todo el suelo pélvico y derramándose en todas las direcciones hacia tu cuerpo, llenando los dedos de las manos y los pies, la cara y el cabello. Siente el sentimiento que emerge con esta relajada presencia y permiso a la expansión. Observa amorosamente cuanto la puedes permitir sin evitarla con un pensamiento, cuanto te puedes entregar a ella, sentirla en todo el cuerpo. Te da vértigo? Te contraes enseguida? A veces afloran sentimientos de miedo, vergüenza que buscan liberarse. Quizá esto te lleve a sentir que el cuerpo se quiere mecer o mover en ondas o abrirse estirando, quizá se abra la respiración… y bostezas o sale algún sonido. Permite el movimiento de los dedos de las manos y de los pies, cualquier movimiento que sientas emerger espontáneamente. La energía es como una mujer, cuando es presenciada con amor ella se despliega y se expande buscando expresar lo mejor de si misma.
Date el permiso de sentir por separado lo que sientes al suavizar la cérvix o la próstata, la cualidad de la energía fluyendo en esa zona del cuerpo…, la zona del corazón y del pecho y de la cualidad de la energía fluyendo por ahí…, la garganta y la boca y como se siente relajar ese espacio.

Después, abre el canal interno y siente la energía correr por estos tres segmentos, siente el fluir, la expansión, la relajación y sensación de permeabilidad, de esponjosidad que te permite ser gustosamente vulnerable y receptivo a la fusión con este momento, con esta circunstancia, con este tu cuerpo y con el cuerpo de la vida que te rodea
Así que primero date el permiso de ser receptivo a ti mismo, de fundirte con tu propia energía, con tu cuerpo presente. Una y otra vez cuando te acuerdes entre quehacer y quehacer, relaja la garganta, el corazón y la cérvix o la próstata y continua haciendo lo que sea que estas haciendo, sintiendo esa suave relajación, como si te derritieras en este momento presente y recibieras la vida en ti y te fundieras totalmente con tu cuerpo y con este instante.

Cuando hayas practicado relajando y suavizando el canal central, entre garganta, corazón, y cervix o próstata, y hayas experimentado haciendo el amor a la vida, con el cuerpo, presente, suave, poroso, fluido y expandido y receptivo por dentro entonces practícalo con tu amad@ en la intimidad de los cuerpos cuando estos se encuentran con deseo de fusión.

El femenino siempre está dispuesto a fundirse, su naturaleza es la dualidad, el Dos, tu y yo y nuestro eterno juego por fundirnos y separarnos y volvernos a fundir.

El masculino, que generalmente no tiene tanta predisposición a la fusión porque su naturaleza es el Uno, la consciencia no dividida donde no hay otro mas que uno, si que se entrega en el juego sexual a la fusión. Dependiendo de su consciencia, presencia y sensibilidad se entrega con totalidad y desaparece en la fusión volviendo al Uno.
Cuando hablo de Uno hablo de la consciencia no dividida. Pura presencia.

Así se crea una danza entre el femenino y el masculino en lo manifiesto a través del cuerpo, donde las almas se abren en amor e intimidad hasta despertar la vibración en el sistema nervioso, que nos permite experimentar el expandido sentimiento de devoción. Esta vibración nos conecta más allá de nuestra existencia humana y mamífera con lo divino y sagrado. La devoción y el éxtasis que se producen en esa íntima fusión de cuerpos permeables, corazones blanditos, genitales relajados y vibrantes nos devuelven a la unidad y a la dicha de experimentarla conscientemente.

Así que antes de tu encuentro íntimo con el «otro» toma consciencia de la línea media del cuerpo y relaja, respira conectando la garganta con el corazón y con la cérvix o próstata, cede toda tensión muscular en la exhalación y abre el canal en la inhalación para recibir. Imagina que tu cuerpo se vuelve esponjoso, que cada poro se abre a recibir la vida, al otro, que cada músculo se ablanda, que la energía corre como un rio templado de aguas cálidas por todo el cuerpo, que te entregas a disolverte.

Si eres un hombre, tu cuerpo, cuerpo de consciencia se abre a recibirla toda, con sus ondulaciones, su entrega, su pasión, a tu energía y a la de ella, tu cuerpo se abre, se expande para dar espacio a que la energía fluya y lo llene todo hasta que te desbordes, no necesariamente por el pene si no por todo tu cuerpo, como si todos tus poros eyacularan, como si la energía que crece en ti encontrara salida por todo tu cuerpo por cada orificio y poro.

Si eres una mujer y lo recibes a él, a tu hombre, dentro de ti suavizando el canal central, vulnerable, sensible le abres camino a su energía a que se expanda de la cérvix hacia tu corazón, y de allí se desborde por tus pechos y por todo tu cuerpo con la belleza del amor que encarnas. Siente la conexión entre tu cérvix y tus pezones y tu corazón, permite que tu garganta se suavice emitiendo soniditos y vibraciones que contribuyen al fluir del amor por el cuerpo.

Usad el sonido, el movimiento, la respiración, para suavizar, descongestionar, derretir y ablandar. Es una danza que no requiere esfuerzo o tensión, más bien dulzura y fluidez. La tensión y la contracción muscular suelen contribuir a la excitación pero no a la sensibilidad y al intercambio amoroso profundo y extático.

Juntos os montáis en la ola del éxtasis, de la devoción que más que mutua es existencial. Así traéis el amor a la tierra, al cuerpo, a vuestra vida, a vuestras familias y empresas. Amor y consciencia encarnados. Dios y Diosa jugando a la vida en el cuerpo.

Un abrazo a tod@s, que vuestra práctica sea bendecida.

 

Astiko

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