Extractos de charlas del libro del Sexo de Osho

El amor se halla en nuestro interior. El amor es nuestra naturaleza intrínseca. Es un completo error pedirle al hombre que de amor. El problema no consiste en crear amor, sino en indagar y descubrir los motivos por los cuales no logra manifestarse. ¿Cuál es el obstáculo? ¿La dificultad? ¿Dónde está el dique que lo refrena? Si no existen barreras, el amor aparecerá. No es necesario persuadirle o guiarle. Cada hombre se hallará lleno de amor si no existen barreras de cultura errada o de tradiciones degradantes y dañinas. Nada puede sofocar al amor, el amor es inevitable. El amor es nuestra naturaleza.

Al hombre se le ha impuesto una lucha constante en contra de su energía. Se le enseña a luchar en contra de la energía sexual en vez de observarla, comprenderla. El hombre no puede ser separado del sexo. El sexo es su punto primario: es de allí de donde nace. Dios ha aceptado la energía del sexo como el punto de partida de la creación. Los «grandes hombres» lo consideran un pecado, y el mismo Dios no lo considera así. Si Dios considera el sexo como un pecado, significa que no hay pecador más grande que Dios en este mundo, en el universo.

¿Has pensado alguna vez que el florecimiento de una planta es una expresión de pasión, un acto sexual? Un pavo real danza en toda su gloria, y un poeta hará una canción de ello. Un santo también se sentirá lleno de júbilo. Pero ellos no saben que la danza es también una expresión abierta de pasión; es también, en lo fundamental, un acto sexual. ¿A quién desea agradar el pavo real con su danza? El pavo está llamando a su amada, a su pareja. Las aves, el cucú, cantan; un hombre llega a la adolescencia, una muchacha se transforma en una mujer; ¿qué es todo esto? ¿Qué juego es éste? Todos éstos son índices de amor, energía sexual. Estas son formas transformadas del sexo, expresiones del amor. Burbujean con energía, reconocen y aceptan al sexo. La vida. La vida entera: todos los actos, actitudes, tendencias, todos los florecimientos corresponden a la energía sexual primaria.

La religión, la cultura están volcando, en la mente del hombre, veneno en contra del sexo: intentan crear un conflicto, una guerra. El hombre se halla luchando en contra de su energía primaria, y de ese modo se ha vuelto débil y extraño, tosco y vulgar, falto de amor y lleno de nada.

Debemos ser amigos, y no enemigos del sexo. Observarlo, comprenderlo, permitir que su fuerza se expanda y llene el corazón.

 

– OSHO –

«Extractos de charlas de Osho recopiladas en el libro del sexo.»