meditación del mes – noviembre 2017

Meditación del Espacio

Solo y en íntima comunión

No vemos el espacio.
No lo escuchamos, ni saboreamos, ni tocamos….
Lo podemos sentir.

Cuando entras en un cuarto y alguien te pide que lo describas, sueles describir los objetos que se encuentran en él, quizá la luminosidad o el tamaño, el color de las paredes o si tiene ventanas, pero en realidad un cuarto son cuatro paredes que le dan forma al espacio, espacio vacío, y es precisamente ese espacio lo más importante del cuarto.

Cuando miramos al cielo estamos entrenados a mirar a las estrellas, las nubes, los aviones, a la luna, el sol, pero no reparamos en el espacio entre los objetos, en la eterna infinita inmensidad del espacio.

Considerando que en términos de física cuántica sabemos que somos 99,99999999% puro espacio y que el restitito que queda son partículas que contienen cantidades ínfimas de materia, nunca proyectamos nuestra consciencia sobre lo que más somos: puro espacio infinito, en cambio estamos horriblemente ocupados con ese 0,00000001% de ese algo con el que nos identificamos y que flota en la inmensidad del espacio.

Hemos aprendido a fijar nuestra atención en esa gotita de algo que llamamos yo y que fluctúa y no hemos aprendido a reconocer la inmensidad del espacio que eres.

Cierra los ojos unos minutos y siente el espacio que te rodea, no las cosas que te rodean o las personas, no las circunstancias, solo el espacio dentro del cual acontece todo… eterno y atemporal.

Siente la forma de tu cuerpo llenándose de espacio cuando respiras.
Siente como el espacio cobra la forma de tu cuerpo y se expande más allá de este.
Sé ese espacio y la consciencia que lo percibe… si, se llenará de algún pensamiento, o sensación, de alguna percepción!

Si te distraes con algún objeto…. sigues siendo el espacio que no quiere nada,  que no es nada, no se esfuerza, o pretende, desea o rechaza, es relajación, expansión, es esponjoso, Es.

Cuando has practicado esta manera de tomar consciencia en soledad, comienza a percibir ese espacio en ti y en los demás cuando te relacionas, siente como ese espacio sigue estando eternamente presente e intacto en cualquier circunstancia.

Date cuenta de que tu y el otro sois ese espacio dentro del cual sucede la relación, sea cual sea. Siente el silencioso eterno espacio dentro y alrededor de todo y todos.

Luego llévalo a tus relaciones íntimas, físicas, haciendo el amor, acariciando.

Siente tu cuerpo siendo espacio, relajado esponjoso, poroso, expandido, respirando…

Permite que  tu cuerpo se funda con el otro en el espacio. Que se convierta en espacio, relajaos y expandiros para que los cuerpos adquieran esa cualidad porosa que los permite fundirse…

Se disuelven las paredes y ya no hay un yo.
Se disuelven las paredes y solo queda suavidad eternamente espaciosa, infinita suavidad.
Solo queda suavidad cuando tu y yo morimos y desaparecemos el uno en el otro…
Suavidad eterna pulsando…

Como el universo, el Uni-verso, pulsando… pulsando…

 

con amor,

Astiko